¨Prevenir es mejor que curar¨, decían los antiguos.

La verdadera medicina debería dedicar todos sus esfuerzos, en primer lugar, a evitar las enfermedades.
Prevenirlas empleando los remedios naturales con la aplicación de la alimentación, el ejercicio o el desarrollo personal (buena actitud mental) y naturaleza (aire, agua, sol, tierra), constituye el objetivo fundamental de la medicina natural.
Cualquier clase de tratamiento específico para combatir una enfermedad, ya sean medicamentos, cirugía o natural, va a ser más eficaz si se complementa con la aplicación de curas depurativas o de fortalecimiento.

Nuestro organismo dispone de una gran capacidad de autocuración o autodepuración, pero siempre es conveniente y a veces imprescindible, apoyarla con los mejores medios higiénicos internos o externos
Entre estos remedios naturales para evitar las enfermedades, tenemos la plantas y entre ellas , el Aloe Vera, muy utilizada desde la antigüedad.
Y prueba de ello son los miles de testimonios relatados en el tiempo.
Dioscórides, médico griego del s.l nos habla de su uso por parte de numerosas civilizaciones orientales y occidentales hasta nuestros días.

Pero es en el curso del siglo XX cuando se estudia y analiza en el laboratorio y ello permite conocer con criterios científicos la composición de los diferentes tipos de variedades de Aloe.

De las hojas del Aloe se obtienen dos productos principales: el acíbar y el gel de aloe.
El ACÍBAR: si practicamos un corte en la superficie de las hojas de las distintas especies de aloe, vemos que sale un jugo viscoso de color amarillo y sabor amargo. Este jugo si lo ponemos al sol o entra en ebullición, se convierte en una masa amorfa de color pardo oscuro de sabor muy amargo, a la que llamamos acíbar o pez rubia.
Este acíbar contiene de un 40% a un 80% de resina y hasta un 20% de aloína, que es un glucósido y es su principio activo y dependiendo de la dosis diaria que apliquemos, tiene distintas aplicaciones:

1. como aperitivo estomacal y colagogo (facilita la digestión). Tomar hasta 0,1 g.;
2. a partir de los 0,1 g actúa como laxante y emenagogo, es decir que aumenta el flujo menstrual;
3. si se pasa de 0,5 g, que es el máximo diario, actúa como purgante y también puede provocar contracciones uterinas, según los expertos.
Todo esto tiene que ser bajo prescripción del especialista.

EL GEL O JUGO DE ALOE: se obtiene de la pulpa de sus hojas, que son muy carnosas. Desprenden un jugo pegajoso, es casi transparente y de sabor insípido.
Este gel está formado por más de 20 sustancias como polisacáridos, glucósidos, enzimas y minerales.
También contiene en su composición acemanán, que es una sustancia inmunoestimulante (aumenta las defensas).

El gel de aloe no tiene propiedades laxantes como el acíbar.

Existen 350 especies de Aloe Vera y se han podido detectar más de 250 principios activos o componentes, muchos de ellos en concentraciones muy pequeñas (pico-gramos), lo cual la convierte en la planta conocida con más principios activos.

A los dos años es cuando se puede utilizar pero es a partir de los 4 o 5 años cuando posee todas sus propiedades.

Vamos a identificar los principales componentes, sus beneficios para la salud y las propiedades a nivel nutricional y en su uso tópico (piel).
Se puede usar de forma externa e interna y sus efectos son muy beneficiosos.

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